“La gente puede hallar un objetivo de vida mediante esta música, pues además de divertirse haciendo arte, se abre camino para aprender diversos oficios y valores”.
A través de talleres y seminarios, dos movimientos paceños utilizan el hip hop como cultura urbana y estilo de vida, y la música rap y sus derivados como herramienta para ayudar a grupos juveniles de riesgo y capacitarlos, siempre con base en la música y postulados “hiphoperos”.
Pablo Aramayo, conocido por su nombre artístico Marraketa Blindada, explica que el hip hop no es sólo musica, y que sus seguidores, lejos de hacer apología de las drogas y el alcohol, o de antivalores morales, como mucha gente piensa, más bien fomentan “la crítica social constructiva y participan en el mejoramiento del medio urbano”.
Proyectos
Aramayo encabeza dos proyectos: Wayna Rap en El Alto y la productora Wakala Disco en La Paz. Con la primera trabaja en “la recuperación de los valores aymaras y andinos que estaban muy desarraigados entre la juventud de El Alto”. Posteriormente dio charlas de reinserción social a ex miembros de pandillas, niños y jóvenes huérfanos, adictos, e internos en el penal de San Pedro.
Con su estudio musical, produjo “alrededor de 100 discos artesanales de bandas de rap, break dance y hip hop”. Pero su mayor objetivo es una escuela taller “de enseñanza académica del hip hop, como profesión artística y modo de vida”, que ya cuenta con el respaldo académico del Servicio de Capacitación en Radio y Televisión para el Desarrollo, de la Universidad Católica.
Sdenka Suxo es la coordinadora general de la Organización Komunitaria Raptivista Urbana (O-Kru) que trabajó en las campañas de educación ciudadana “En la Pérez no se para” y “No te quemes, no me quemes”, y que actualmente prepara los talleres “Voces de unidad juvenil”, que con financiamiento ganado en una convocatoria del Viceministerio de Desarrollo de Culturas llegará a jóvenes de La Paz, Oruro, Cochabamba, Sucre y Santa Cruz.
Antecedentes y características
Sdenka Suxo explica que la “movida” del hip hop en La Paz, se inicia a mediados de los años 90 con la llegada del rap comercial, “pero la evolución fue rápida y los verdaderos cultores no sólo empezaron a oír esta música, sino a vivir de acuerdo al estilo de esta cultura urbana”.
Tal como nació en las calles de Nueva York a mediados del siglo pasado, el hip hop paceño conlleva en sí rebeldía y resistencia, “pero en el sentido crítico y positivo, lejos de la mala imagen y el estigma de violencia, drogadicción y pandillerismo que nos achacan”.
Este movimiento consta de cuatro expresiones la música y la poesía, —ligadas por medio de compositores, DJ y maestros de ceremonia, que son los que rapean (cantan)— el graffiti y la danza. Las composiciones se dividen en dos áreas testimoniales: personalistas (vivencias íntimas) y sociales (crónica urbana).
Fuente: La Prensa
viernes, 18 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario